RESEÑA: Elogio de la madrastra, de Mario Vargas Llosa

Elogio de la madrastra. Mario Vargas Llosa
Elogio de la madrastra. Mario Vargas Llosa

En el argumento de esta novela participan de manera activa tres personajes principales: Don Rigoberto, hombre meticuloso con sus rituales higiénicos, la sensual Lucrecia, su segunda esposa, que trata de ser aceptada y querida como madrasta, y Fonchito, hijo de Don Rigoberto, un tierno infante que aún no ha llegado a la pubertad, de gran belleza y aspecto angelical, al que se describe durante toda la obra como una especie de querubín. En un plano más secundario, aparece Justiniana, la doncella de la familia.

La trama de la novela se podría dividir en tres temas: Por un lado, la continua y gradual seducción a la que se ve sometida Lucrecia por parte de su hijastro Fonchito, por otro, los rituales higiénicos a los que se somete Don Rigoberto noche tras noche antes del encuentro amoroso con su esposa, y por último, los juegos y fantasías eróticas de los personajes, que se ven reflejados o inspirados en una colección de pinturas sensuales y voluptuosas que posee Don Rigoberto.

A todo esto hay que sumarle un sutil toque de perversidad y otro de aparente ingenuidad bienintencionada, que lentamente van provocando una inquietante situación en la relación feliz y armoniosa que reina entre Don Rigoberto y su amada esposa, hasta llegar al desenlace final, por cierto, bastante aceptable.

Diana después del baño. Uno de los cuadros a los que se hace referencia en la novela
«Diana después de su baño». Uno de los cuadros a los que se hace referencia en la novela

Así comienza el capítulo dedicado a este cuadro del siglo XVIII, Diana después de su baño, de François Boucher.

Esa, la de la izquierda, soy yo, Diana Lucrecia. Si, yo, la diosa del roble y de los bosques, de la fertilidad y de los partos, la diosa de la caza. Los griegos me llaman Artemisa. Estoy emparentada con la Luna y Apolo es mi hermano. Entre mis adoradores abundan las mujeres y los plebeyos. Hay templos en mi honor desparramados por todas las selvas del Imperio. A mi derecha, inclinada, mirándome el pie, esta Justiniana, tiniana, mi favorita. Acabamos de bañarnos y vamos a hacer el amor.

A lo largo de la novela, Mario Vargas Llosa nos muestra dos estilos de escritura: uno claro y directo, sin apenas filigranas, que es el que utiliza para contarnos la trama principal de la novela, y otro mucho más poético, que utiliza para describir y dar vida a los cuadros que sirven de base a los juegos y fantasías de la pareja, elevando de esta manera el erotismo al grado de poesía.

Sobre el autor:

Mario Vargas Llosa

Autor: Jesús

Hola. Soy un simple aficionado a la lectura, por lo que cualquier opinión que publique en este blog, será eso, simplemente "mi opinión personal y no profesional". La lectura me ayuda, sobre todo, a hacer ameno mi viaje diario hasta el trabajo. Desde que cojo el tren de Cercanías hasta que me bajo en la estación de metro mas cercana a mi lugar de trabajo, y luego a la inversa, me desentiendo de todo lo que me rodea y me concentro en esas apasionantes historias que unas maravillosas hojas de papel me van contando. De esa manera convierto esos detestables viajes en momentos agradables.

10 opiniones en “RESEÑA: Elogio de la madrastra, de Mario Vargas Llosa”

  1. Jesús:
    pues es uno de esos libros que yo leí por obligación en la escuela y prácticamente no recuerdo nada de él…habrá que releerlo…espero que la segunda vez sea más amena 😉
    un abrazo,
    Ale.

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  2. Guaooo es uno de los mejores libros de mario vargas llosa me ha gustado mucho en 2 dias pude leer toda la novelaa…es muy interesante leanlo de verdad 🙂

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  3. pues es una obra … que no me lo esperaba que iva ser interesante y diferente a lo que he leido … esto es una novela erotica a l realidad!!

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  4. Este libro me ha encantado y eso que no soy de mucho erotismo. Pero me he divertido tanto… Y he descubierto a un Vargas Llosa que no imaginaba.
    Por favor lean la continuación de este brevísimo introito; me refiero a «Los cuadernos de don Rigoberto».
    Qué bien que lo pasé con esta lectura para finos paladares (no el mío, pero trato…)
    Las notas de don Rigoberto, referidas a sus reflexiones, aunque es más jugoso el tema doméstico, son también de una calidad sibarítica, que amerita una lectura morosa, disfrutando de cada letra. Que Vargas Llosa nos regala en este libro para ser gozado y recordado.
    Saludos cordiales.

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