(Ver Leyendo-Ficha técnica)
Un joven escriba, que lleva unos pocos meses trabajando en el servicio de traducción del gobierno del faraón, se duerme y llega tarde a trabajar. Pensando en la reprimenda tan grande que le va a caer, llega corriendo a su puesto de trabajo para descubrir que todos sus compañeros han sido asesinados. Pasmado por el descubrimiento oye llegar a unos hombres, que considera pudieran ser los asesinos que vuelven, y escapa.
Pero no eran los asesinos sino la policía, que enterados de su huída pasan a considerarle el principal sospechoso del crimen.
Nuestro protagonista, el escriba Kel, tiene que huir e intentar demostrar su inocencia, pero todo parece estar en su contra. Sólo cuenta con un papiro cifrado, que parece ser el meollo del asunto de los asesinatos, y con una nota, que le dio tiempo a escribir al jefe de los traductores, en el que le decía que intentara descifrarlo.
Según va avanzando la novela, la trama se complica. Nadie cree en su inocencia, todo parece una conspiración creada a su alrededor y en la que alguien le ha señalado como cabeza de turco.
Poco a poco todo el ejército, la policía, los jueces… todos le buscan, le persiguen, pues han puesto precio a su cabeza. Únicamente su amigo de la infancia, el actor Bebon, y una sacerdotisa de la diosa Neith, creen en su inocencia y se prestan a ayudarle. A partir de ahora serán 3 los perseguidos.
Escrito con un lenguaje sencillo y directo, Christian Jacq nos presenta una aventura de acción y misterio, pero, sobre todo, nos traslada al antiguo Egipto, con sus costumbres, su organización administrativa y política, sus dioses y sus hombres y mujeres. Nos muestra una civilización avanzada, culta, cuyo progreso social y económico hace que nos cueste entender su final.
Una novela histórica disfrazada de ficción, una novela de ficción situada en un marco histórico real, que nos permite conocer parte de la historia de un país de manera amena y entretenida. Creo que se merece tres antifaces y medio. Bueno, casi cuatro.
Se me ha olvidado decir que ésta es sólo la primera parte de la novela. La última página deja a nuestros amigos en lo más interesante, por lo que tendré que leerme rápidamente la segunda parte: La divina adoratriz.