PISANDO LOS TALONES, de Henning Mankell

SINOPSIS:

La noche de San Juan, alguien, agazapado tras un matorral, contempla cómo se divierten unos jóvenes… Por esas mismas fechas, ajeno al drama que se fragua, el inspector Kurt Wallander regresa de sus vacaciones, y en agosto, ya metido en la rutina, empieza a acusar un extraño agotamiento que está a punto de costarle la vida en un accidente de tráfico. Cuando acude al médico, se lleva un buen susto al saber el diagnóstico. Para colmo, Svedberg, uno de sus colegas, no aparece a su vuelta de las vacaciones, y una madre presiona a los agentes para que busquen a su hija: hace ya más de un mes, la joven se marchó de viaje con unos amigos de manera imprevista, y todo indica que las postales que han enviado son falsas. Svedberg, que sigue sin dar señales de vida, ¿no estaba investigando esas desapariciones? Wallander no puede ni imaginar las incógnitas que le presentará este caso… ni los sangrientos crímenes que deberá resolver, «y cuanto antes», como le pide el fiscal.

Ficha Técnica

Título:    Pisando los talones
Autor:   Mankell, Henning
Título original:   Steget efter
Traducción:    Montes Cano, Carmen
Tema:   Novela negra, novela nórdica, policíaca, crímenes y misterio
Editorial:   Tusquets Editores
Formato:  Bolsillo
Páginas:   736
Año de edición:   2009
ISBN:   9788483835388
Precio:   10,40 €

Primera frase del libro:Poco después de las cinco, la lluvia había cesado por completo

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ARGUMENTO:

Como en otras ocasiones, el libro empieza cuando Wallander regresa de sus vacaciones y tiene que valorar el trabajo que le espera.

Su padre ha muerto recientemente, en el libro anterior de hecho, y tiene que encargarse de recoger y vaciar el piso para venderlo.

Cuando llega a su trabajo le ponen al día de los casos pendientes, entre ellos, la desaparición de tres jóvenes mientras celebraban el solsticio de verano. Este caso está un poco abandonado pues, a pesar de la insistencia de la madre de una de ellas, lo cierto es que su hija está enviando postales desde distintos lugares de Europa para decir que no se preocupen por ellos, que están de viaje y están bien. La madre insiste en que esas postales han sido falsificadas.

Por otro lado, Svedberg, miembro del equipo de homicidios lleva dos días sin ir a trabajar y sin contestar al teléfono. Eso es raro, muy raro. Svedberg es una persona ordenada, puntual, cumplidora, incluso rayando en lo exagerado. No quieren darle importancia, pero Wallander está muy preocupado y empieza a tener malos presentimientos. Junto con el detective Martinson, otro compañero, se presentan en su casa. No contesta nadie y fuerzan la puerta. Allí se encuentran a Svedberg muerto, con dos tiros en la cabeza.

Tras la primera y terrible conmoción, se dan cuenta de que el detective muerto estaba investigando por su cuenta, sin decírselo a nadie, la desaparición de los tres muchachos.

Todo es muy raro y deciden empezar a tomarse más en serio esa desaparición.

La investigación se vuelve muy complicada puesto que nada tiene ni pies ni cabeza, no encuentran nexo ni motivo para estar muertes. De repente, las tres personas desaparecidas aparecen muertas de un tiro en la cabeza en el mismo lugar en que se supone que desaparecieron, disfrazados para la fiesta y componiendo una especie de escenario preparado por alguien.

Wallander está agotado, cansado, frustrado… además, para dificultarlo más todo, le detectan una diabetes importante, lo que le deja aún más derrotado, siente que su espíritu, su fuerza, él mismo, caminaran arrastrando los pies.

Como es natural todo el equipo de centra en la investigación, aunque sin ningún avance aparente. Van tras los pasos del asesino sin saber muy bien qué camino seguir, dando palos de ciegos y con la terrible sensación de que el propio asesino les sigue a ellos para vigilar sus pasos y adelantarse a sus movimientos.

Las dos investigaciones se llevan por separado esperando a que converjan y eso les ayude en la solución.

Pero si avanzan un paso, el asesino da dos, y todas las puertas que entreabren se les cierran. Para la famosa fiesta de San Juan estaba previsto la asistencia de otra persona y cuando Wallander consigue dar con ella, cuando cree que estaba derrumbando las murallas de su mutismo, el asesino la mata. Estaba durmiendo en la misma casa que Wallander. Esto es un punto que casi le vuelve loco.

Por otro lado, se dan cuenta de que, tras muchos años trabajando juntos, nadie conoce realmente a Svedberg, cualquier pequeño descubrimiento de su vida privada les deja atónitos.

Wallander se ve incapaz de seguir dirigiendo la investigación y se cuestiona si es la persona más apropiada. Cree que deberían relevarle al frente de la misma. Cree que las pistas relevantes, las que deberían llevarlos a dar el paso definitivo, están o han estado al alcance de su mano, pero es incapaz de reconocerlas, o recordarlas. Está agotado, simplemente. Quizá cada policía tenga capacidad para un cupo determinado de cadáveres y cree que el suyo ya ha sido alcanzado y es imposible rebasarlo.

Las novelas protagonizadas por Kurt Wallander han sido llevadas a la pantalla con éxito al menos en Suecia y en Reino Unido.

VALORACIÓN PERSONAL:

“Uno puede recordar a los muertos, claro está, pero, en realidad es como si nunca hubiesen existido”

Esta reflexión de Wallander, casi al principio de las investigaciones, me impacto mucho porque creo que es muy cierta, pero ¡Tan triste!

Una persona tan acostumbrada a tratar con muertos, cuando recuerdas a “tus” muertos, te das cuenta en realidad de la poca relevancia que, al final, tenemos las personas en este mundo.

Este tópico de “la vida sigue” es muy cierto. Sigue, pero sin ti. Una vida de la que no vas a participar, en la que nadie va a compartir nada contigo, en la que no vas a tener ningún papel, ni relevante, ni insignificante.

Me inundó de tristeza y me costó seguir leyendo. Tuve que dejar pasar unos días para seguir con él. Luego se pasó y pude disfrutar de una lectura tan interesante como todas las que nos proporcional el genial Mankell.

Creo que sólo un maestro como él puede hacer aflorar tus sentimientos de una manera tan fuerte.

Siempre he dicho que sus personajes son muy reales, muy creíbles y creo que es porque él mismo se mete dentro de sus mentes.

La historia está muy bien, es sorprendente. Cuando aparece muerto uno de los compañeros de Wallander, uno de los habían tenido cierto protagonismo en libros anteriores, me impresionó muchísimo, me recordó -salvando las distancias- a “Juego de Tronos”, que, cuando menos te los esperabas, el escritor mataba al protagonista. O al que tú creías que lo era.

No es el caso, pero muy parecido. Parecía que el grupo de Wallander y sus compañeros iba a seguir igual durante todas las novelas de la serie. Es cierto que alguno se va de viaje, o por una excedencia, pero nada no es tan definitivo como esto.

He visto a Wallander más viejo, o más enfermo, no sé. Lo cierto es que parecía que le costaba centrarse, recordar las cosas, sabía que había algo ahí, que había oído algo importante, algo clave, pero se le olvida, no lo recuerda. Me he visto tristemente representada.

No mucho más que decir, puesto que ya he leído varios libros de este autor y de esta saga con este protagonista. Las tramas son tan complejas, los personajes tan humanos… Un genio, eso es este escritor.

Voy a tener que revisar muy seriamente mi puntuación porque si este me ha gustado más que el anterior al que califiqué con 5 antifaces ¿Qué puedo hacer ahora? Creo que voy a tener que volverme más exigente.

Puntuación: 5 /5

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