Diez joyas de la novela negra

Diez joyas de la novela negra

Antes de nada, lo primero que debemos aclarar es a qué se llama exactamente novela negra. Y aquí nos encontramos con el primer escollo a salvar. Podríamos decir sin riesgo a equivocarnos mucho, que la novela negra es una rama de la novela policíaca clásica en la que el crimen, la investigación, y la intriga son los únicos ingredientes principales. En la novela negra, junto a estos conceptos, interactúa con mucha fuerza uno nuevo, “la realidad social”.

Es decir, no encontraríamos ante una novela detectivesca donde a la intriga policíaca pura y dura se une, por un lado, la crítica y la denuncia social, y por otro, la marcada personalidad de sus protagonistas, lo que origina que éstos actúen de una forma ligeramente diferente a como lo hacen en la novela policíaca clásica. A esto, además, habría que añadir un mayor dinamismo y violencia en el desarrollo de la trama.

Diez joyas de la novela negra

Pero en la práctica resulta difícil establecer los límites entre novela policíaca y novela negra, y de ahí que hoy en día haya una tendencia generalizada a clasificar como novela negra a todo aquello que huela a novela policíaca. Después de leer diferentes comentarios al respecto, he llegado a la conclusión de que ni siquiera los eruditos en la materia se ponen de acuerdo en dónde establecer estos límites.

Sin embargo, y dejando a un lado el concepto, el porqué del apelativo de novela negra es una cuestión que está bastante más clara. Se debió en gran medida a la publicación de estos relatos en la revista del género pulp “Black Mask”, creada en el año 1920 y que tuvo una exitosa acogida entre el público norteamericano. Después, en el año 1945 la Editorial francesa Gallimard editó una colección de libros que bautizó con el nombre de “Série Noire” por el color de sus portadas (negras con una cinta amarilla alrededor), que aglutinaba lo mejor y más selecto de la novela de detectives norteamericana. Estas dos célebres publicaciones, añadido a los ambientes oscuros que en ellas se reflejaban, fueron en su conjunto los elementos que consolidaron  la denominación de “novela negra”.

Portadas de la revista Black Mask
Portadas de la revista Black Mask

Algunos citan a Edgar Allan Poe como padre de “este género”, con sus relatos Los asesinatos de la calle Morgue (1841), El misterio de Marie Roget (1842) y La carta robada (1849), que tienen como principal protagonista al detective aficionado Auguste Dupin. Pero os preguntaréis ¿a qué género te refieres, al policiaco o al negro? Una buena pregunta para la que, francamente, no tengo respuesta.

Lo que sí parece mas generalizado, es que hablar de novela negra es hablar de dos grandes pioneros del género, Raymond Chandler, creador del detective Philip Marlowe, y de Dashiell Hammett, creador del detective Sam Spade, al que muchos asociaremos con la imagen de un joven Humphrey Bogart.

Diez joyas de la novela negra

Bueno, pues teniendo en cuenta todas estas cuestiones (fundamentalmente la de que hay una tendencia generalizada a llamar novela negra a la novela policíaca), os traigo aquí una pequeña selección de diez títulos relacionados con este género que no podemos, ni debemos, dejar de leer. Tengo claro que en esta lista no están todos los que son, pero también tengo claro que sí son todos los que están.

Os dejo con ellos. Qué los disfrutéis.

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RESEÑA: Las aventuras de Sherlock Holmes, de Sir Arthur Conan Doyle

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(ver Leyendo-Ficha técnica)

Efectivamente, tal y como pensaba, ha sido un libro rápido y fácil de leer. Por supuesto, entretenido y ameno.

En una época en que las personas estaban acostumbradas a la literatura por entregas, Arthur Conan Doyle, empezó a publicar estos relatos cortos sobre aventuras de Sherlock Holmes y tuvieron tal acogida por parte del público, que escribió decenas de ellos.

En este libro están recogidas 5 de ellas: La casa vacía, El misterio de Lower Norwood, Los monigotes, Un drama de familia y Pedro el Negro, por lo que haré una breve reseña de cada una de ellas.

Aunque son historias independientes, tienen correlación en el tiempo, por lo que aquello que ocurre en alguna de ellas, puede afectar al marco de las demás, por ejemplo, en La casa vacía, se inicia la narración habiendo muerto el señor Holmes en una emboscada sufrida en un libro anterior. Después de ponerte en antecedentes, se inicia esta aventura. Por supuesto, como imaginaréis, no ha muerto: Es solo una estratagema para vencer a sus enemigos.

En El misterio de Lower Norwood, tiene que demostrar la inocencia de un hombre acusado de asesinato, cuando todas las pruebas apuntan hacia él.

Los monigotes es un relato en el que pone a prueba su capacidad para descifrar mensajes indescifrables (por supuesto, utilizando medios únicos, por él inventados y recogidos en un tratado que él mismo publicó)

En Un drama de familia, el enredo en un principio se le resiste, pero su perseverancia e intuición hace que finalmente pueda resolver el crimen.

Y, por último, Pedro el Negro, es un relato de aventuras, “clásico de Holmes”. Desde un principio tiene claro lo que tiene que hacer, por supuesto dejando de lado cualquier descubrimiento policial, que nunca valen para nada.

Todos los relatos de Sherlock Holmes, tienen un patrón similar. Las aventuras están contadas por el doctor, compañero inseparable de aventuras de Holmes, aunque su participación en ellas se limita a una actuación secundaria, siempre bajo los dictados del detective, siempre admirándolo, siempre dejando patente la superioridad de Sherlock sobre el propio Watson y sobre el resto del mundo, siempre intentando protegerle de posibles peligros.

Quien se lleva siempre la peor parte en cuanto a inteligencia se refiere, son los policías encargados del caso, a veces enfrentados a nuestro detective abiertamente y otras con una devoción que raya en el servilismo. Nuestro detective no ejerce por interés económico. Siempre actúa a petición, o bien de un particular en apuros, o bien de la propia policía, incapaz de resolver el crimen. Pero no siempre acepta los casos que se le proponen: Éstos tienen que despertar un interés especial en él, y en la mayoría de las ocasiones, no cobra por ello.

Conan Doyle también escribió otros relatos de Sherlock Holmes más largos, como por ejemplo Estudio en Escarlata, la primera narración en la que aparece el detective, o El Perro de los Baskerville.

LEYENDO: Las aventuras de Sherlock Holmes, de Sir Arthur Conan Doyle

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Las aventuras de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle.

Después de un libro que se me hizo un poco denso, he comenzado a leer unos relatos bastante más ligeritos. Unos cuentos cortos del famoso detective con pipa y su inseparable amigo el doctor Watson.

 

Este ejemplar de Las Aventuras de Sherlock Holmes que voy a leer se compone de 5 aventuritas cortas, de no más de 30 ó 40 páginas cada una, por lo que parece que será una lectura cómoda y facilona. Además, tengo a mi favor que siempre me han gustado las novelas policíacas y de misterio y aunque no he leído ninguna de sus aventuras, sí que he visto muchas en televisión y puedo deciros que me encanta este gentleman tan típicamente ingles con sus rarezas y manías. De una de estas películas, de la que no recuerdo el nombre, lo que sí recuerdo es que averiguaba la marca de tabaco que alguien había fumado, por la ceniza que había dejado el cigarrillo. Y es que había hecho todo un estudio sobre las distintas cenizas de tabaco. Impresionante (si fuera real).

(ver reseña)


Ficha técnica:

Título: AVENTURAS DE SHERLOCK HOLMES
Autor: CONAN DOYLE, ARTHUR IGNATIUS
Título original: The Adventures of Sherlock Holmes
Tema: Policíaca
Editorial: Planeta
ISBN: 84-320-9120-0
Páginas: 176
Encuadernación: Tapa dura
Año de edición: 1987
Edición original: 1891

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